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Modelo constructivista: estrategias para su aplicación en secundaria

La revolución llega a las aulas. Poco a poco, cada vez más centros y docentes se suman a otros modelos de enseñanza, con un enfoque muy distinto al tradicional.
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Uno de estos modelos es el constructivista, una corriente que nació en las primeras décadas del s. XX y que ha sido tanto criticada, como halagada por trabajadores de centros educativos. 

Pero, ¿en qué consiste? ¿Es posible aplicarlo en nuestras aulas?

En este artículo hablaremos sobre qué es el modelo constructivista, cuáles son sus principales ventajas y te explicaremos algunas estrategias para aplicar este modelo con tus alumnos de secundaria.

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Qué es el modelo constructivista

Al contrario del modelo de enseñanza tradicional, el modelo constructivista, también conocido como constructivismo, plantea un nuevo enfoque a la hora de enseñar.

En esta metodología, el docente entrega las herramientas necesarias a los alumnos para que puedan encontrar sus propios caminos a la hora de solucionar un problema. Por lo tanto, el aprendiz pasa de ser un sujeto pasivo a tener un papel activo.

En otras palabras, es una apuesta para que el alumno participe con autonomía en sus aprendizajes y tenga la capacidad crítica de desarrollar sus propias competencias.

Por qué apostar por este modelo

El modelo constructivista ha sido criticado por algunos profesionales de la educación, por la supuesta pérdida de la importancia del papel del docente en el aula. Sin embargo, en muchas ocasiones es porque no se ha comprendido con claridad cuál es el nuevo papel del maestro o profesor en estos casos.

En el modelo constructivista, la figura del docente cambia de ser el eje central, a convertirse en una persona destinada a guiar a los aprendices, darles los retos cognitivos y las herramientas necesarias para resolverlos. Se encarga de asegurar que los alumnos consiguen alcanzar conocimientos profundos y habilidades aplicables a distintas situaciones de su día a día o futuro profesional.

En ningún caso toma una posición pasiva, sino que estructura y valora el desarrollo de los alumnos de manera activa, acompañándolos en su aprendizaje. De hecho, podemos ver este tipo de enseñanza en propuestas como el ABP (Aprendizaje Basado por Proyectos), en el que el docente propone una pregunta central y los estudiantes deben usar sus recursos para encontrar la respuesta (o las respuestas más bien).

Una de las principales ventajas de este tipo de aprendizaje es la aceptación de que equivocarse no es un problema. Aquí no hay maneras únicas de enfrentarse a la materia, y se anima al alumno a arriesgar y a errar para encontrar soluciones creativas y, sobre todo, para aprender del error.

De hecho, esta manera de enfocarse a los retos ayudará al alumno a desarrollar las competencias necesarias para desenvolverse en el mundo actual, en el que cada vez se encuentran más cambios a ritmo vertiginoso.

Y la ventaja más clara es que, con este modelo, el docente puede asegurar que el alumno ha comprendido realmente la materia y ha desarrollado sus competencias, llegando a niveles de aprendizaje mucho más profundos, a diferencia de la educación tradicional.

El modelo constructivista en secundaria

En secundaria, las posibilidades de aprender con este modelo son todavía mayores, ya que el estudiante es capaz de desarrollar los ejercicios con mayor autonomía.

Llegados a este punto, las nuevas tecnologías pueden tener un papel protagonista para que el alumno pueda desarrollar sus competencias junto con la guía del docente.

Por ejemplo, para evaluar la competencia de escritura o de comprensión lectora, el profesor de secundaria de lengua puede proponer al alumno que cree un blog relacionado con su libro preferido. Semana a semana, el profesor puede proponer ejercicios de escritura que deberán publicar en el blog o que compartan abiertamente sus reflexiones con los compañeros.

Otro ejemplo sería la creación de un presupuesto para algún proyecto, como podría ser pintar el patio del colegio. Este tipo de propuestas despiertan el interés del alumno y le motivan a seguir explorando nuevas soluciones.

Sin duda, las TIC también pueden combinarse con una propuesta de aprendizaje manipulativa, lúdica y colaborativa, al servicio de la didáctica actual De hecho, a día de hoy existen muchas propuestas desarrolladas por especialistas en didáctica, como el caso de Onmat, una propuesta para aprender matemática en secundaria.

Enseñar con el modelo constructivista es un cambio total de paradigma para la educación, también en la escuela secundaria. 

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