Hace algunos años quizás habríamos levantado las cejas sorprendidos al hablar de inteligencia artificial aplicada en la educación, pero la realidad es que ya hace años que las nuevas tecnologías traen muchos beneficios en el aula. No solo permite usar nuevas herramientas para visualizar mejor los conceptos, sino que gracias al Big Data los alumnos pueden aprender de un modo totalmente distinto.
¿A qué nos referimos? A la posibilidad de que cada estudiante avance de manera independiente en la materia, gracias al procesamiento de información que las herramientas educativas son capaces de aplicar, como es el caso de CiberEMAT. Pero para entenderlo mejor, vamos a ver los principales beneficios de emplear la inteligencia artificial en la educación.
Adaptarse al ritmo de cada alumno
Gracias a la inteligencia artificial y al Big Data empleados en los programas “ciber” de Tekman (como CiberEMAT o CiberLudiletras), la dificultad y las actividades propuestas se adaptan a la capacidad que demuestra cada alumno. En otras palabras, la inteligencia artificial en educación permite un aprendizaje adaptativo, para que cada estudiante pueda seguir la materia a su ritmo.
Esta manera de enseñar totalmente personalizada, permite al alumno profundizar muchísimo más en todos los materiales (ya sea avanzando o repitiendo los conceptos que todavía necesita repasar). ¿Cuál es el resultado? Un aprendizaje mucho más rico, integral y, sobre todo, significativo.
Motivar al alumno
Al aplicar el aprendizaje adaptativo, es mucho más sencillo que el alumno siga motivado para seguir su camino, ya que los peldaños estarán adaptados a su nivel. Además, tal como se presentan las actividades, cada uno de los fundamentos de la materia está subdividido en varias acciones para que sea mucho más sencillo y comprensible el avance educativo.
Y, por otro lado, el uso de una plataforma digital y de las nuevas tecnologías también es una motivación extra, sobre todo si tenemos en cuenta que los alumnos de hoy ya son nativos digitales al cien por cien. Poder usar un espacio virtual les permite tener respuesta inmediata de los ejercicios, así como ir superando los retos que irán aumentando de dificultad a medida que el alumno mejore sus habilidades.
Mayor atención a la diversidad
Otra gran ventaja de utilizar inteligencia artificial en educación es la oportunidad de tener una mayor atención a la diversidad. Es normal que cada alumno destaque en algunas habilidades distintas, ya que cada persona suele tener algunos de los tipos de inteligencia más desarrollados que otros. Sin embargo, este no es motivo para que un estudiante con mayor dificultad no pueda seguir las clases.
Con el aprendizaje adaptativo, el alumno que tenga un ritmo de aprendizaje más lento o presente alguna dificultad, podrá sentirse totalmente integrado a sus compañeros, aunque tenga que repetir más veces el mismo concepto. Tal como lo entendemos en Tekman, sea cual sea la velocidad del estudiante, lo más importante es que llegue a la meta: ¡entender y divertirse con las mates!
Mejor seguimiento de la evaluación
Por parte del docente, también se destacan varios beneficios que facilitan su tarea. En esta propuesta, en el que la autonomía del alumno tiene un papel fundamental, el papel del docente va más allá de enseñar los contenidos. Este tendrá que guiar y evaluar los pasos que sigue cada alumno, para determinar qué actividades o refuerzo necesita, según las dificultades que presente.
Dicho así puede parecer una tarea colosal, al que revisar alumno por alumno… Pero de nuevo la inteligencia artificial y el Big Data tienen un papel muy positivo en este punto. Gracias a la visualización de datos, el docente podrá ver rápidamente el desempeño y resultado de cada alumno. De este modo, también podrá saber cuál es el ritmo y el nivel madurativo del alumno, sobre todo en una edad de tantos cambios a nivel evolutivo, como es la primaria.
La inteligencia artificial inunda las aulas
Como hemos podido ver en este artículo, ¡la inteligencia artificial ha llegado para revolucionar la educación! Y es que son muchos los beneficios que podemos sacar de su uso, tanto para el alumno como para el docente.
Al estudiante, le brinda más autonomía, más motivación y, en consecuencia, un aprendizaje más significativo. Y al docente, le facilita su tarea a la hora de evaluar a los alumnos, de detectar estudiantes que necesiten mayor atención y de asegurarse que cada persona del grupo llega a su meta.
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