¿Cuándo hay que dejar de leer en voz alta a los alumnos? ¡Nunca! Lo dice la ciencia. Leer en voz alta es una estrategia muy utilizada en el aula de infantil y en el primer ciclo de primaria. Sin embargo, a medida que avanzamos hacia cursos superiores dejamos de leer a nuestros alumnos, y perdemos así muchos de los beneficios que aporta. Hoy veremos por qué es recomendable seguir leyendo en voz alta en todas las etapas.

3 beneficios de leer en voz alta

En el artículo ‘En qué momento dejamos de leer en voz alta (y los enormes beneficios que tiene hacerlo a viva voz)’, Sophie Hardach menciona algunos de los beneficios generales de la lectura en voz alta, como el hecho de que recordamos mejor los textos y las palabras cuando leemos en viva voz en comparación con cuando lo hacemos en silencio. Centrándonos más en la experiencia en el aula, Anna Forés, David Bueno y Antonio Ruiz explican en su libro ‘La lectura en voz alta: sus beneficios. Un descubrimiento (fascinante) desde la neuroeducación’ que compartir ratos de lectura en voz alta con los niños en clase ayuda a:

1. La integración somatosensorial, que hace que los aprendizajes tengan más impacto en el cerebro, por lo que los recordamos mejor y podemos utilizarlos con mayor eficiencia.
2. Establecer vínculos emocionales y del trabajo de las emociones.
3. Potenciar la teoría de la mente, que nos permite tener mayor competencia empática y maduración de las funciones ejecutivas.

Estos beneficios se dan tanto en edades tempranas como en los últimos cursos. ¡Leer en voz alta es bueno en todas las edades! Para profundizar en el tema, podéis ver la entrevista que le hicimos a Anna Forés: Leer en voz alta y otros descubrimientos de la Neuroeducación.

Cuando el profesor lee a los alumnos: momentos y estrategias

En Ludiletras y Superletras, nuestros programas de lengua para primaria, programamos momentos de lectura en voz alta, en los que el docente lee a los alumnos. ¡También en ciclo superior! 

Las sesiones en las que se integra la lectura por parte del profesor tienen un objetivo distinto a aquellas en las que lee el alumno, ya sea de forma individual o en voz alta al resto de sus compañeros. Para los momentos en los que lee el maestro, es recomendable encontrar un espacio acogedor, en el que el docente se sitúe delante de los alumnos y no haya distracciones.

Esta estrategia se basa en la lectura en voz alta por parte del profesor, y no es necesario que los niños y las niñas sigan la lectura con su libro, solo han de escuchar y disfrutar. Así, se trabaja la escucha activa, la observación atenta, la atención sostenida y el respeto. También se mejora la comprensión, gracias al modelo lector del docente, que ayuda a interiorizar la lengua y las estructuras que más adelante aplicarán ellos mismos (pausas, inflexión en la voz, etc.), y aumentamos el vocabulario, ya que la comprensión oral es más alta que la comprensión lectora. ¡Como ves, ayuda mucho a las habilidades de los alumnos!

Más información y consejos para fomentar la lectura

Si te interesan las estrategias de comprensión lectora y el fomento de la lectura, no te pierdas estos artículos y recursos:

• ¿Cómo fomentar el hábito de la lectura en educación primaria?
• Pruebas PISA: estrategias de enseñanza competencial para mejorar la comprensión lectora
• El plan lector integrado: la mejor herramienta para fomentar el placer por la lectura
• Descarga gratis El diario lector: un compañero de viaje literario

¿Cómo es el plan lector integrado de Superletras?

Para conseguir que los alumnos aprecien el valor de los textos literarios y utilicen la lectura como fuente de disfrute y enriquecimiento personal, además de como fuente de información y aprendizaje, debemos dar un paso más allá. Por ello, desde Superletras introducimos el Plan Lector integrado en la metodología de trabajo por proyectos, diseñando proyectos basados en libros. Los proyectos basados en libros son proyectos que nacen y se desarrollan sobre un libro de lectura que los alumnos deben leer a lo largo de todo el proyecto. Esto sucede mientras se realizan actividades relacionadas con la temática, la trama, los personajes y los valores de estos. Para conseguirlo, se proponen lecturas de capítulos en el aula de manera individual, en equipo o lectura realizada por el maestro en voz alta, especialmente durante las primeras sesiones para conectar con el libro.

Posteriormente, para algunos capítulos, se propone la lectura en casa, o también se puede hacer uso de las horas o momentos de lectura que la escuela haya programado. Por si algún alumno no ha podido leer el capítulo en casa, se han diseñado actividades en el aula para compartir lo leído: de esta manera los alumnos que no hayan podido avanzar en la lectura del libro pueden seguir la trama.

Por otro lado, para cada producto se propone la realización de un producto final, que siempre es de carácter literario. El producto final es una actividad literaria realista que anima a compartir la opinión sobre el libro y recomendarlo. Por ejemplo, encontraremos un almuerzo literario, una vídeoreseña literaria o una feria del libro. El producto final está pensado para que puedan realizarlo todos los alumnos, incluso aunque en algún caso no hayan podido finalizar la lectura. Por último, se realiza una lectura estratégica del libro, haciendo algunas paradas antes, durante y después de la lectura a través del diario lector.

Para ser efectivos en el propósito de promover el placer por la lectura, el Plan lector no debe reducirse a la simple selección de unas lecturas y la obligatoriedad de leerlas (las famosas «lecturas obligatorias»), sino que debe integrar todas las estrategias pedagógicas disponibles para conseguir que, de verdad, los alumnos aprecien el valor de los textos literarios y utilicen la lectura como fuente de disfrute y enriquecimiento personal, además de como fuente de información y aprendizaje.

¿Cómo conseguir que los alumnos desarrollen el gusto por la lectura?

Conociendo el desafío cognitivo que supone para los alumnos el acto de leer, en tekman diseñamos y secuenciamos actividades pensadas para el desarrollo de todas las microhabilidades y estrategias que van a conseguir que tus alumnos sean lectores competentes. Aún así, se debe tener en cuenta que ninguna de las actividades de lectura que diseñemos funcionará si no conseguimos que nuestros alumnos sientan pasión por la lectura: debemos conseguir que, para el alumno, valga la pena realizar el esfuerzo que implica leer y comprender lo que lee. Si quieres estar al día sobre comprensión lectora, seguro que te interesa nuestro último webinar con Juan Cruz Ripoll.

¿Cómo conseguimos que los niños se entusiasmen por la lectura? A través de una propuesta de actividades contextualizadas, con temáticas atrayentes, que incluyen en sus relatos fantasía y humor. Así pues, el desarrollo del amor por la lectura y la enseñanza de la literatura debe basarse en el placer, en el gusto personal y en el descubrimiento de aquello que nos hace lectores.

Estrategias para fomentar el placer por la lectura

El plan lector integrado de Superletras incluye en sus proyectos varias estrategias para desarrollar el gusto por la lectura, todas ellas incorporadas de forma natural en el día a día del aprendizaje por proyectos. Estas son las actividades o momentos específicos que hemos diseñado:

Diversidad de textos para poder conectar con la gran diversidad de alumnos

Creemos en el placer por la literatura, y por eso promovemos textos que fomenten la libertad lectora. Los textos de nuestro programa poseen distintas capas de lectura y esto permite al alumnado desarrollar su capacidad interpretativa, leer entre líneas, hacer preguntas sobre el libro y preguntarse a sí mismo acerca de aquello que está leyendo. De esta manera, a través de textos imaginativos, humorísticos y contextualizados en el proyecto, podemos llegar a los diferentes tipos de lectores que nos encontramos en una aula, para así conseguir crear nuevos lectores.

Para ofrecer una muestra de la diversidad de propuestas que trabajamos, nos gustaría destacar la introducción en los proyectos de textos multimodales como infografías, canciones, textos teatrales, proyectos de cómic, poesía o incluso novela gráfica. Incluimos actividades con audio, que son una herramienta muy beneficiosa para trabajar la comprensión lectora a través de la escucha y de diferentes interlocutores, y, por tanto, con diferentes ritmos, velocidad y entonación a la hora de hablar. Estos son sólo algunos ejemplos concretos de algunos proyectos, pero en cada uno de los proyectos de Superletras se trabajan textos muy diversos y con diferentes capas de lectura.

Actividades de animación a la lectura

A lo largo del curso se deben introducir diferentes dinámicas que acerquen la lectura al alumnado, especialmente para aquellos alumnos que muestran un mayor rechazo. Por ejemplo, combinar la lectura por parte del docente con la dramatización, los juegos de mímica o lecturas locutadas. Con Superletras, además de todo ello, introducimos herramientas como la maleta de personajes o incluso vídeos con un mensaje del escritor/a del libro en el que presenta su obra y lanza un reto a nuestros alumnos, como en el caso del proyecto de 3.º de primaria La ingeniosa Mardi Mak.

Momentos de lectura libre

Para fomentar el gusto por la lectura de los niños es fundamental ofrecer espacios de calma y libertad para descubrir y mantener activas su curiosidad y sus ganas de saber: estos son los verdaderos motores del placer literario. En el espacio de Biblos de Superletras, junto con otros momentos de lectura en el aula, se responde a este objetivo.

Situaciones de lectura dirigida

Llamamos lectura dirigida a aquellos momentos en los que se propone a los alumnos actividades en las que la lectura es una de las tareas principales, tanto si es el docente quien lee como si leen en parejas, o leen para buscar información o simplemente para jugar.

Lectura compartida de libros de literatura infantil

Esta técnica de lectura fomenta la participación activa de toda la clase alrededor de una misma obra, al tiempo que se promueve la participación, la colaboración o la interacción para desgranar las propiedades del texto. Con Superletras llevamos a cabo esta dinámica de una manera muy especial: diseñamos proyectos de aprendizaje basados en un libro. De esta manera, el plan lector integrado conecta con los alumnos.

Nina tiene miedo a la oscuridad. Se ha ido la luz en su casa y sus padres están durmiendo. Está asustada, por eso, cuando ve una luz que parpadea en el árbol, no duda en encerrarla en un bote para poder leer y no pasar miedo. Sin embargo, poco a poco, la luz empieza a apagarse…

¿Qué tienen las luciérnagas que las hace tan mágicas?

Es su luz. Sospecho que todo el mundo encuentra a las criaturas bioluminiscentes mágicas porque sólo las ves de noche, y por lo general producen una suave luz verde, azul o amarilla, lo que crea una atmósfera de otro mundo.

¿Cuál fue tu propósito al escribir Buenas noches, luciérnaga?

Tenía varios. Uno era mostrar a alguien que superaba el miedo a la oscuridad, y el otro era la idea de que el medio natural, la naturaleza, no existe para nuestro beneficio, no es algo que se «use». También quería transmitir el mensaje de que si tienes un buen amigo, puede que tengas que dejarlo ir, por su bien, y estar bien con ello.

¿Has experimentado alguna situación similar? ¿Tenías miedo de la oscuridad cuando eras pequeño?

Sinceramente, no. Estoy seguro de que había veces cuando era un niño cuando tenía miedo de la oscuridad, pero no me afectaba mucho. Me imagino que las ganas de dormir eran lo suficientemente fuertes como para superarlo.

¿Crees que los libros son una buena manera de lidiar con los temores? 

Sea cual sea la edad del lector, creo que los libros son una manera ideal de superar los temores. O, si no los superan, al menos nos damos cuenta de que no estamos solos. Al leer un libro sobre esta temática, como Buenas noches, luciérnaga, comprendemos que tener miedo es completamente normal. Todo el mundo tendrá miedo de algo en algún momento de su vida y leer es una manera muy saludable de hacer frente a ese miedo.

¿Recuerdas algún libro que te haya liberado de un miedo?

¡Sí! Cuando tenía unos 7-8 años, recuerdo haber leído la autobiografía del ilustrador Ralph Steadman. De su trabajo, aprendí a no tener miedo a ser yo mismo, en términos de creatividad, que es algo auténtico que, a menudo, bloqueamos.

¿Qué piensas de transmitir la pasión por la lectura en el aula, a edades tempranas?

Es imperativo. No importa qué libro, qué tema, qué género, o incluso si está «bien escrito» o no.  Cada libro le presentará nuevas ideas o nuevas maneras de pensar. Si un niño aprende que sólo un libro puede abrir un mundo entero de nuevos pensamientos… su vida será más plena.

¿Crees que un niño puede no estar interesado en la lectura o es sólo que ha elegido los libros incorrectos?

Eso es muy complicado. No tengo hijos, por lo que es difícil hacer comentarios de primera mano. Dicho esto, no estoy seguro de que tener hijos propios me diera necesariamente más información sobre los niños en general. Mi intuición es que, si un padre/madre introduce a su hijo a leer desde que es muy pequeño y le muestra desde el principio lo que puede encontrar en las páginas de un libro, incrementará su deseo de leer de forma natural. Por supuesto, es extremadamente importante que esto continúe con los maestros en la escuela, pero la semilla deben sembrarla los padres.

¿Qué tipo de libros te gustaba leer cuando eras niño?

Cuando yo era muy pequeño, era muy fan de Winnie the Pooh y Wind in the Willows. Me los leían constantemente. Mi papá me enseñaba las páginas mientras leía, ya que había ilustraciones increíblemente hermosas. Lo que hizo fue cortar lentamente las historias, así que si quería continuar, tenía que leerlas yo mismo. Los conocía de memoria de todos modos, así que aprender a leer fue progresivo. Por cierto, también aprendí mucho sobre el dibujo y mi futura carrera al mismo tiempo.

Después, leía bastante a Jules Verne y H. Rider Haggard. Puede que fuera un poco joven para ese tipo de lectura, pero sus historias de aventuras ¡eran increíbles!

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¿Quién no se ha resfriado alguna vez? ¿A quién no le ha picado un insecto? ¿Quién no se ha roto un hueso o ha tenido dolor de oídos? Un divertidísimo repertorio de picores, dolores y otros males cotidianos.

¡Entrevistamos a Sofía Rhei!

Por qué ¿Picores y dolores de todos los colores?

Los títulos sirven para describir el contenido del libro de la manera más sintética posible y, en este, está incluido el tema (enfermedades), el humor, la creatividad y la poesía (es un pareado de versos heptasílabos). Nos da una idea muy aproximada de lo que encontraremos en el interior: versos desenfadados que hablan de la salud.

¿Cuál es el objetivo del libro?

Ante todo divertir, hacer que los niños disfruten con la poesía, y también recordarles cómo actuar para mantener la salud, tanto a nivel de precauciones previas (lavarse las manos) como respecto a los cuidados que hay que llevar a cabo cuando ya hemos adquirido una enfermedad.

¿En qué te has basado para escoger las dolencias de las que hablas en tus poesías?

Básicamente he recordado las cosas que me decían mis familiares y las enfermedades que yo misma padecí. También me acuerdo de la primera vez que supe de determinados problemas a través de compañeros del colegio: las clases de primaria son una de las primeras oportunidades que tienen los niños para explorar el mundo exterior a su propia familia. Y está muy bien aprovechar esta situación en los contenidos escolares.

Son poesías muy instructivas. En una, concretamente, se explica qué es la temperatura de una manera muy sencilla de entender; en otra, la importancia de ir al dentista. ¿Cómo trabajas la simplicidad de los conceptos?

Cuando yo era pequeña había un tabú respecto a muchas cosas relacionadas con el cuerpo. Creo que esto sucede cada vez menos, y hablar con naturalidad de las funciones corporales y de las averías del sistema contribuye a que la información sea asimilada mejor por los pequeños.

¿Qué dolor era el que padecías con mayor frecuencia de pequeña? ¿Cómo te hubiera gustado que te explicaran lo que te pasaba?

Afortunadamente mi madre me daba todo tipo de explicaciones reales, basadas en la ciencia, y no dejaba ninguna pregunta por contestar. También teniamos la serie “érase una vez la vida”, que aclaraba muy bien la cosas. Recuerdo un dolor de oídos terrible que me causaba mucha impotencia porque aquello estaba muy dentro de mi cabeza y no podía acceder de ninguna manera, no era como una herida en la que ves lo que está pasando y cómo cicatriza; la manera de lidiar con aquella frustración fue imaginarme la guerra entre la infección y las medicinas y desear muy intensamente que ganaran los buenos.

¿Cuál es tu opinión acerca de impartir lectura, y particularmente, lectura de poesía en niños de primaria?

La poesía permite ser consciente de las cualidades sonoras y rítmicas del lenguaje, además de estar poblada de metáforas que a menudo son visuales; es un género literario muy adecuado para primaria gracias a la presencia de los cinco sentidos.

Los niños que disfruten leyendo, que se hagan “amigos” de las palabras,  tendrán ventaja en el futuro. La comprensión lectora es una habilidad instrumental que además facilita el aprendizaje de otros idiomas, y a lo largo de la vida nos enfrentamos a firmar contratos largos y a tener que asimilar grandes cantidades de información. Los adultos que hayan adquirido familiaridad con el lenguaje tendrán unas competencias semánticas más desarrolladas, y ya que la organización de la información en nuestro cerebro se linealiza fundamentalmente mediante el lenguaje, también pensarán mejor.

«Llorababosas»… un nombre que perfectamente podría haber puesto un niño para definir la conjuntivitis. ¿Cómo podemos promover que nuestros alumnos trabajen la creatividad lingüístico-verbal?

Creo que ya la trabajan solos cuando ponen motes o inventan chistes. El disfrute de los juegos de palabras está muy presente en los juegos infantiles y su humor espontáneo. Quizá la labor de padres y profesores sería incentivar esa faceta y darle espacio, y nunca censurar el uso creativo del lenguaje como algo poco serio o que quede fuera de las competencias escolares.

Desde luego, los libros de Roald Dahl, de Gloria Fuertes o de Walter Moers, contribuirán a esta percepción del lenguaje como algo lúdico, como una plastilina con la que se puede jugar a placer.

¿Trabajamos la empatía cuando hacemos a los niños conocedores de las cosas? ¿Crees que un alumno que sabe lo que es el asma, comprenderá más a otro que lo padece?

Espero que sí, ponerse en el punto de vista de otro siempre ha sido una de las funciones principales de la lectura. Por eso en el poema que habla del asma se hace hincapié en la solidaridad.

¿Te ha resultado curioso escribir sobre dolencias? 

Últimamente han aparecido muchos libros infantiles acerca del conocimiento y la gestión de las emociones, que era algo necesario. Me parece que también es bueno proporcionar una serie de consejos de sentido común acerca del mantenimiento del cuerpo humano, complementarios a lo que se aprende en clase de ciencias naturales. De hecho este libro puede servir para trabajar determinados temas en el aula.

Una actividad interesante relacionada con las infecciones puede ser ponerle purpurina en las manos a un alumno justo antes del recreo, y, al regresar a clase, cuantificar a cuántas personas a llegado la purpurina a través del contacto normal entre personas. De este modo, los estudiantes pueden comprobar lo sencillo que es que las enfermedades se transmitan si no se toman precauciones. El siguiente ejercicio puede ser ponerles purpurina a todos y enseñarles a que se laven las manos perfectamente, sin dejar en ellas ni un solo granito.

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«Roald vive en el polo norte. Marina vive en el polo sur. Podría decirse que son, literalmente, polos opuestos. Marina y Roald comparten una cosa: su cumpleaños. Pero este cumpleaños no será como todos los otros; Roald y Marina han cambiado el rumbo de sus vidas y han decidido poner rumbo al ecuador.»

¿Por qué decidiste escribir sobre esta temática? ¿Qué nos aporta Polos opuestos?

Me gustaba la idea de que el carácter de los personajes y el sitio dónde viven se reflejaran en la estructura física del libro, que el objeto en sí formara parte de la historia. Que el lector deba ir girando el libro e invirtiéndolo a menudo para poder leerlo y que este juego dé todavía más contraste a las diferencias entre los dos personajes. Creo que este tipo de experimentos abren en los lectores jóvenes nuevas formas de entender que una historia se puede contar de mil maneras distintas.

En este caso, es cierto que los polos opuestos se atraen. ¿Era esa la idea desde el principio?

La cuestión no es tanto si se atraen como el hecho de que, por opuestas que sean dos personas, siempre encontraran cosas en común si están dispuestas a intentarlo. Es importante que seamos conscientes de nuestras diferencias, de aquello que nos hace distintos a todos los demás y nos configuran como individuos, pero también es importante que no construyamos muros con la excusa de nuestras diferencias.

¿Deberían haber más historias sobre lo bueno de las diferencias entre las personas?

Por suerte, la literatura infantil está llena de historias sobre este tema. “¿En qué me parezco a los demás y en qué me diferencio?” es una pregunta que continuamente se hacen los niños y niñas.

¿Roald, y su aventura con el iceberg, representa la impuslividad de la infancia?

La historia parte de una serie de tópicos, de personajes muy estereotipados. El niño movido e impulsivo, la mujer tranquila y amante del trabajo intelectual… y la vida en el polo norte y el polo sur. Todos leemos el mundo basándonos en tópicos, pero la gracia está en poder descubrir, como les pasa a los personajes de este cuento, qué hay más allá.

¿Por qué Marina vive sola (sin contar a Nansen)?

Marina tiene un trabajo apasionante pero duro y difícil. No hay mucha gente dispuesta a abandonarlo todo y pasar cuarenta años en un clima tan frío haciendo algo tan agotador. Es por eso que Marina vive sola. Y, aunque echa de menos el sol, está contenta con su vida porque va con su carácter.

¿Cuál sería la lección más importante que deberían aprender los niños con Polos Opuestos?

No soy muy partidario de ofrecer lecciones en la literatura infantil. Es obvio que se pueden aprender un montón de cosas de este o de cualquier otro libro, pero esta no debe ser la finalidad. Cuando se lee simplemente por el placer de escuchar una buena historia, lo demás es secundario. Lo cual no significa que los libros no estén llenos de lecciones… que cada lector encontrará a su debido tiempo.

¿Qué opinas de contagiar, no sólo el hábito por la lectura, sino también la pasión por la lectura en las aulas?

Contagiar la pasión por la lectura a niños y niñas depende de una obviedad que a menudo no tenemos en cuenta: sólo alguien apasionado puede contagiar pasión por algo. Para que un niño lea debe estar rodeado de libros, es verdad, pero también de lectores. Si no ve a nadie de su alrededor leer (familia, escuela, amigos), difícilmente lo hará. En las aulas la introducción de la lectura debe hacerse placenteramente, reservando espacios para gozar de un libro y sin que el niño sienta que es una obligación o que esa lectura es el paso previo a algún tipo de tarea suplementaria. Hay un montón de escuelas que reservan estos espacios y tienen buenos profesionales que saben transmitir esa pasión. Pero no debemos dejar este asunto solamente en manos de la escuela: el mejor sitio para transmitir esta pasión es en casa, con el ejemplo y compartiendo lecturas.

Porque un lector, ¿se nace o se hace?

El lector se hace, sin duda. Como librero me encuentro a menudo con niños que afirman que no les gusta leer (¡o lo afirman sus padres!) y normalmente se debe a que no han encontrado todavía un libro que les haya llamado la atención. Al fin y al cabo, ¿cuántos libros han podido ojear en su corta vida? A veces, las malas experiencias lectoras se convierten en frustración y hacen que el niño se afirme como “no lector”. Pero siempre hay formas de volver a atraerlo hacia los libros. Con un formato diferente, por ejemplo, como los cómics.

¿Recuerdas el primer libro que leíste?

Recuerdo el primer libro que leí yo sólo: “Apa, apa”, de la colección A poc a poc de La Galera. Recuerdo que estaba sentado en la taza del váter (no todos los recuerdos de lecturas infantiles tienen como teatro una sombra bajo un árbol en un paisaje idílico) esperando que mi madre viniera a leerme el cuento, acuerdo al que habíamos llegado para que yo me estuviera quieto haciendo lo que tenía que hacer. Y cómo no venía, empecé yo sólo… ¡y descubrí que también podía!

Como escritor, ¿qué le recomendarías a un niño que quiere desarrollar tu misma profesión?

Que lea, que lea mucho. A tocar el piano se aprende tocando muchas horas, pero para escribir, además de hacerlo a menudo, es imprescindible leer mucho. Y otra cosa que le recomendaría es que haga poco caso de los consejos de los demás, empezando por los míos. Que lea, que escriba y que se lo pase bien. El resto llega solo.

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