Por eso decidimos arrancar la campaña en redes #maestrosimparables, para visibilizar el trabajo de tantos y tantos docentes y compartir su experiencia en esto de educar a distancia en tiempos de coronavirus. Y lo hemos hecho a través de la opinión de maestros y maestras como tú, que nos han explicado cómo han afrontado los desafíos de la educación a distancia; cuáles han sido sus mayores logros; o las dificultades que han tenido que superar.

A continuación puedes volver a ver 4 vídeos de #maestrosimparables cuyo compromiso ha sido el motor más potente para superar los desafíos que nos hemos encontrado estos últimos meses. ¡Déjate inspirar!

4 docentes nos explican cómo ha sido educar a distancia en tiempos del coronavirus

• Ana Penadés, maestra de Educación Infantil 3 años del Colegio La Milagrosa de Ontinyent (Valencia). Nos cuenta lo especial que está siendo educar a distancia niños y niñas de Infantil. Es inspirador escuchar a Ana y ver cómo ha transformado esta situación excepcional en una oportunidad para experimentar, innovar y descubrir que podemos hacer cosas que antes nos parecían increíbles. ¡Gracias, Ana, por compartir tu experiencia!

• Enrique Peidro, del Colegio José Arnauda (Alcoy), es un auténtico experto en adaptarse a las circunstancias más adversas. Nos cuenta cómo de importante está siendo mantener la cercanía y la naturalidad en el trato con sus alumnos. ¡Muchas gracias Enrique por tu espíritu innovador y esa mente inquieta que te ha permitido estar preparado para todo!

• Pilar es maestra de Primaria del Colegio Las Cumbres de Buenos Aires (Argentina). Nos explica cómo de importante está siendo transmitir confianza y cercanía a los alumnos en este contexto de educación a distancia. La atención personalizada y la organización, nos cuenta Pilar, está siendo clave para fomentar también la autonomía de los alumnos. Además, recursos nuevos como el blog o los vídeos diarios están siendo muy útiles para estructurar el aprendizaje a distancia. ¡Muchísimas gracias por compartir tu experiencia Pilar, y por tu entusiasmo!

• Javier Enríquez, maestro de Primaria del Colegio San Vicente de Paúl (Benavente). Nos explica cómo está gestionando la educación a distancia, qué métodos usa y cómo soluciona las dificultades que se va encontrando. ¡Gracias Javier por compartir tu entusiasmo y tu visión tan positiva!

¿Te han gustado los vídeos de nuestros #maestrosimparables? ¿Quieres compartir tu experiencia con nosotros? Nos encantaría leerte, así que deja un comentario en el espacio que encontrarás un poco más abajo y explícanos cómo ha sido para ti educar a distancia en tiempos del coronavirus.

Te ofrecemos una recopilación de aforismos perfectos para reflexionar sobre la tarea docente y el acto de enseñar.

1- La acción de preguntar supone la aparición de la conciencia. María Zambrano

2- La mayoría llevamos una mochila llena de piedras en la espalda. Jordi Nadal

3- No hay lugar más peligroso que el lugar común: parece el menos arriesgado pero no tiene escapatoria. Rafael Argullol

4- La verdad es una y el error, múltiple. Simone de Beauvoir

5- Lo más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere. Rafael Sánchez Ferlosio

6- Piensa en lo que tiene importancia. Actúa en consecuencia y vuelve a callar. Jordi Nadal

7- No se equivoquen: la sencillez sólo se logra a través del trabajo duro. Clarice Lispector

8- La vida se encoge o expande en proporción al coraje de uno. Anaïs Nin

9- Es necesario que el maestro ponga a sus discípulos en guardia contra él. Friedrich Nietzsche

10- No me pregunten quién soy ni me pidan que siga siendo el mismo. Michel Foucault

11- Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. Antonin Artaud

12- La imaginación al poder. André Breton

13- En el caos hay fertilidad. Anaïs Nin

14- Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo. Alejandra Pizarnik

15- No conozco un valor mayor que el necesario para mirar dentro de uno mismo. Osho

El poder de las palabras es inmenso; a través de ellas se crean conexiones, se tejen redes mentales a través de las cuales los niños y niñas pueden circular, explorar, investigar, descubrir y descubrirse…

Las palabras llaman a otras palabras, las atraen o las repelen, las convocan. A menudo, cuando crecemos, olvidamos el maravilloso poder de la palabra, su potente fuerza evocadora, su capacidad para crear realidades. Los niños, sin embargo, son grandes conocedores de esta capacidad innata del ser humano, por ello, el respeto que sienten por el lenguaje es enorme.

Los niños saben que una palabra puede dar miedo, puede hacer reír, puede evocar un recuerdo dormido o acariciar como un abrazo. Puede tener sentido o no tenerlo en absoluto, puede relacionarse con cualquier otra palabra y ampliar, así, nuestro campo de acción, nuestra imaginación y nuestra manera de entender el mundo.

Es por eso que la letra no necesita entrar con sangre; porque las palabras se encuentran en lo que somos. Los niños lo saben pero, a veces, los adultos lo olvidamos.

El simple ejercicio de proponer una palabra a un niño para que juegue con ella generará en él asociaciones lingüísticas inesperadas; nunca olvidemos que es innato en ellos descubrir este camino, por ello es tan importante enfocar el aprendizaje de la lectoescritura desde un punto vista más elástico que rígido, más divertido que serio, en definitiva, más mágico. Únicamente de esta manera, connatural en los niños, puede llevarse a cabo un aprendizaje verdadero, rico, agradable y perdurable.

Para que no se nos olvide, proponemos, de vez en cuando, ponerse “la oreja verde” de Rodari, él mejor que nadie para recordarnos la enorme importancia de la empatía, la libertad y el juego en cualquier proceso educativo.

Un señor maduro con una oreja verde por Gianni Rodari

Un día, en el expreso Soria-Monteverde,

vi subir a un hombre con una oreja verde.

Ya joven no era, sino maduro parecía,

salvo la oreja, que verde seguía.

Me cambié de sitio para estar a su lado

y observar el fenómeno bien mirado.

Le dije: Señor, usted tiene ya cierta edad;

dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?

Me contestó amablemente: Yo ya soy persona vieja,

pues de joven sólo tengo esta oreja.

Es una oreja de niño que me sirve para oír

cosas que los adultos nunca se paran a sentir:

oigo lo que los árboles dicen, lo que los pájaros cantan,

las piedras, los ríos y las nubes que pasan.

Así habló el señor de la oreja verde

aquel día, en el expreso Soria-Monteverde.

¿Qué es el desaprendizaje?

Por supuesto no se trata de olvidar o borrar lo que se conoce, sino de poner en duda la manera que tenemos de aprender, de asimilar conceptos, preguntarnos a través de dónde nos llegan…

El aprendizaje, como sabemos, no es siempre aumentativo ni lineal: existen muchas formas de aprender y estas no son siempre cuantitativas. Las mutaciones y las transformaciones son necesarias en todo proceso de aprendizaje y también ellas nos ayudan a conocer más, pero sobre todo mejor.

En muchos casos no basta con la adición de nuevos conocimientos, sino que se hacen necesarias algunas de estas transformaciones respecto de los conocimientos que ya se dominan.

¿Cómo puede llevarse a cabo?

El desaprendizaje permite “desandar” el camino que se ha recorrido hasta llegar al momento presente y observar de manera crítica y constructiva aquellas parcelas que han quedado desiertas o aquellos espacios construidos sobre bases que pensamos muy estables, pero que, con la distancia temporal y crítica, resultan no serlo tanto.

Se trata, por tanto, de poner en marcha prácticas que fomenten la valoración del propio saber poniéndolo en contexto con experiencias vitales y emocionales, la importancia del proceso por encima del resultado o la flexibilidad frente a la rigidez.

Es decir, el desaprendizaje no se basa en el olvido o el reset de los contenidosque se dominan, sino de la manera en que los aprendemos, si los ponemos en duda o no, si les otorgamos una validez universal o si realmente podemos (y sabemos) cuestionarlos desde algún lugar.

Romper con la mirada única

En este sentido, es fundamental fomentar una mirada plural en el alumnado que valore y aprecie la importancia de la incertidumbre y la duda y la aceptación de que en todo proceso de aprendizaje entran en juego vínculos humanos y procesos vitales que determinan de una manera u otra lo que se aprende, algo que permitirá crear una actitud crítica frente a los propios procesos de aprendizaje o conocimiento.