¿Trabajas todos los niveles de pensamiento en tu clase de matemáticas de Primaria?

Si crees que podría ser el caso de tu aula, te recomendamos que te descargues nuestra Guía para trabajar todos los niveles de pensamiento con tus alumnos de matemáticas de Primaria. Te ayudará a aplicar actividades orientadas a visibilizar los procesos de pensamiento, ¡o a asegurarte de que ya lo estás haciendo!

Es cierto que llevamos muchas décadas centrando los objetivos de aprendizaje en el contenido y en el nivel de conocimiento que nuestros alumnos adquieren. Lo mismo ocurre con las estrategias didácticas, muy centradas en la transmisión de este conocimiento y en favorecer en los alumnos habilidades básicamente receptivas que implican niveles cognitivos inferiores (repetir, reproducir, recordar, etc.). Por eso, se hace más necesario focalizar los objetivos de aprendizaje en el desarrollo de competencias, que a nivel cognitivo incluyen todos los procesos de pensamiento de orden superior.

Abre la puerta al aprendizaje competencial

Pero ¿cómo puedes asegurarte de que estás fomentando un aprendizaje competencial, en este caso, de los contenido de matemáticas? En primer lugar, como te explicamos en la guía, debes plantear a tus alumnos actividades afines a la enseñanza competencial. No serán suficientes las actividades diseñadas para recordar un conocimiento: debes enseñar a tus alumnos a utilizar el conocimiento, a analizar su contexto o evaluar su significado.

Para diseñar o seleccionar este tipo de actividades te recomendamos que te apoyes en recursos teóricos como la taxonomía de Bloom, una clasificación del pensamiento ampliamente validada por la comunidad educativa que te permite visibilizar los seis niveles de pensamiento y asegurarte de que los estás trabajando todos con el objetivo de potenciar el razonamiento matemáticos de tus alumnos.

En nuestra Guía para trabajar todos los niveles de pensamiento con tus alumnos de matemáticas de Primaria tienes más información sobre la taxonomía de Bloom y ejemplos de actividades extraídas de nuestro programa EMAT para que las apliques directamente en tu aula y compruebes los resultados. ¡Es hora de apostar por la enseñanza de unas matemáticas competenciales!

Empieza ya a trabajar el pensamiento crítico de tus alumnos de Secundaria

Antes de seguir explicándote por qué debemos cambiar los objetivos de aprendizaje queremos ofrecerte nuestra Guía para trabajar la cultura de pensamiento en tu clase de matemáticas de Secundaria. ¡Te resultará superútil y te dará pautas para empezar ya mismo a potenciar el pensamiento crítico y creativo de tus alumnos! 

Los objetivos del aprendizaje de las matemáticas deben transformarse para dejar atrás el simple conocimiento y repetición de los algoritmos, para apostar por un conocimiento competencial, que parta del razonamiento matemático, tanto inductivo como deductivo. Este razonamiento matemático (que se evaluará en PISA 2021) se enmarca en el contexto real del mundo en que vivimos, por eso insiste en incluir la perspectiva de las habilidades del siglo XXI, entre las que se encuentra el pensamiento crítico.

Reflexionar, analizar y tomar decisiones… ¡gracias a las matemáticas!

Se abren aquí varios interrogantes para el profesorado de matemáticas de Secundaria: ¿cómo podemos enseñar a pensar de forma crítica a nuestros alumnos? ¿Podemos usar la tecnología para motivar el aprendizaje de las matemáticas en alumnos sobreexpuestos a las pantallas? La respuesta a ambas cuestiones es «¡Sí!». En el caso de la segunda, resulta determinante enseñar a nuestros alumnos a reflexionar, discernir, analizar, tomar decisiones y ser creativos con ejercicios de matemáticas diseñados para ello. También para ser capaces de hacer un buen uso de la tecnología

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Las metodologías educativas que integran el trabajo de la cultura de pensamiento en el aula resultan excelentes para fomentar el pensamiento crítico. Su diseño garantiza a los alumnos pautas, instrumentos y preguntas estructuradas, que les ayuda a entrenar su habilidad cognitiva y a ser capaces de, no solo ordenar ideas, sino de comunicarlas con eficacia.

Miles de alumnos y alumnas en todo el mundo ya están aprendiendo matemáticas de forma significativa; matemáticas contextualizadas orientadas a solucionar problemas reales y mediante metodologías de aprendizaje que trabajan el razonamiento matemático y las habilidades del siglo XXI.

Matemáticas para la vida

Con frecuencia y con la idea de mejorar el aprendizaje de los alumnos, introducimos cambios metodológicos que hemos visto que funcionan en otros contextos. La idea no es errónea, pero para asegurarnos que estos cambios también van a tener un efecto positivo en nuestro contexto debemos asegurarnos de que también nuestros objetivos han cambiado.

Cuando decimos cambiar los objetivos decimos, por ejemplo, no aplicar la metodología lúdica simplemente para que los alumnos se diviernta más, sino hacerlo velando para que estos juegos además les permitan procesos de pensamiento de orden superior (como nos explicó Eduardo Sáenz de Cabezón en este artículo). No se trata de seguir trabajando lo mismo (por ejemplo, la insistencia en practicar los algoritmos) con diferente vestido (a través de juegos), sino de repensar aquello que queremos trabajar, que no es otra cosa que la comprensión profunda de los logaritmos a través de la experimentación y la deducción).

Pues bien, con esta explicación lo que estás esperando es un camino alternativo para llegar a estos mismos objetivos, pero EMAT no es esto: EMAT nace y se plantea para conseguir otros objetivos. Es un programa focalizado en conseguir otras habilidades y aprendizajes en nuestros alumnos. Lo que decimos, matemáticas para la vida.

¿Qué transformación plantea EMAT?

• Que los alumnos lleguen a unos objetivos profundos: queremos que conozcan, pero que también comprendan, apliquen, analicen, evalúen o creen. 

• Que generen hipótesis, de resolver situaciones y aplicar lo que han conocido en situaciones que ni se habían planteado.

• Como el tiempo es el mismo, necesitamos buscar estrategias que nos permitan desarrollar el pensamiento superior.

¿Qué hacemos si no tenemos más tiempo para desarrollarlo?

A través de la deducción, del trabajo con niveles de pensamiento superiores (descubre cómo aplicamos la taxonomía de Bloom haciendo clic en la imagen que encontrarás un poco más abajo), pensando más en que cada uno resuelve siguiendo sus estrategias y en general, dejando atrás la idea de poner tanto énfasis y dedicar tanto tiempo a la mecanización de la operatoria. Con eso conseguimos dedicarnos en pleno a procesos de pensamiento más elevado, abriendo ventanas de conocimiento en niveles superiores, evitando algoritmos y mecanización.

¿Quieres saber más sobre EMAT? Podemos llamarte en cualquier momento para explicarte cómo te puede ayudar. Tan solo has de hacer clic aquí y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible, 

Se trata de una teoría conocida en el sector educativo porque muchos docentes la consideran idónea para evaluar el nivel cognitivo adquirido en una asignatura.

A modo de resumen debes saber que la taxonomía de Bloom fue diseñada por Benjamin Bloom en 1956 y algunos programas educativos, como nuestro programa de matemáticas para Infantil y Primaria EMAT, la aplican en su programa. El objetivo de esta teoría es que después de realizar un proceso de aprendizaje, el alumno adquiera nuevas habilidades y conocimientos.

Por este motivo, consta de una serie de niveles construidos con el propósito de asegurarnos, como docentes, un aprendizaje significativo que perdure durante toda la vida. Los niveles de la taxonomía de Bloom son: conocer, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

A continuación te proponemos que veas este vídeo que te ayudará aún más a entender qué es la taxonomía de Bloom:

Está bien explicado, ¿verdad? Cualquier metodología basada en la taxonomía de Bloom no busca sólo la memorización o, incluso, la comprensión del contenido, va más allá: pretende que los alumnos lleguen a desarrollar habilidades que les permitan utilizar el conocimiento adquirido como una herramienta para resolver problemas y crear conocimiento. Desde edades muy tempranas el cerebro humano tiene la capacidad de realizar procesos cognitivos de orden superior como por ejemplo transferir lo que conoce para interpretar una situación nueva, comparar, establecer relaciones de causa-efecto, deducir, argumentar, incluso generar ideas propias.

Llevamos muchas décadas centrando los objetivos de aprendizaje en el contenido, en el nivel de conocimiento que adquieren. Y las estrategias didácticas centradas en la transmisión de este conocimiento, favoreciendo en los alumnos habilidades básicamente receptivas, que implican niveles cognitivos inferiores (repetir, reproducir, recordar…). Pero cada vez es más necesario que focalicemos los objetivos de aprendizaje en el desarrollo de competencias, que a nivel cognitivo incluyen todos los procesos de pensamiento de orden superior.

Si esperamos a que lo sepan todo para empezar a poner foco en desarrollar pensamiento superior (capacidad de análisis, capacidad creativa…), será demasiado tarde. Es lo que nos decía el otro día Eduardon Sáez de Cabezón cuando le preguntamos qué habilidades encontraba a faltar en los alumnos cuando llegan a la universidad, nos comentaba que les falta iniciativa, seguridad en la toma de decisiones.

Actualmente la sociedad necesita más que nunca personas con capacidad de análisis, críticas, generadoras de nuevas ideas y nuevas soluciones en un mundo en constante cambio. El sistema educativo tiene que poner el foco en desarrollar estas competencias. Esta idea que todos tenemos clara, a veces en el día a día de las aulas perdemos el foco, y nos volvemos a centrar y a preocupar más por lo que nuestros alumnos “saben” que por como “piensan”.

¿Qué te parece la Taxonomía de Bloom? ¿Como docente, la aplicas en el aula? Deja tu comentario en el espacio que encontrarás un poco más abajo y recuerda que uno de los pilares de nuestro programa de matemáticas EMAT es, precisamante, la Taxonomía de Bloom. ¡Descubre EMAT aquí abajo y descárgate una historia para pensar, gratis!